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dc.contributor.advisorVázquez Fernández, Antoniospa
dc.contributor.authorLópez Baños, Fernandospa
dc.contributor.otherUniversidad Pontificia de Salamanca;spa
dc.date.issued1982spa
dc.identifier.citationp. 152-154spa
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11162/90592
dc.description.abstractDar una impresión de los problemas que plantean la enuresis y la encopresis sobre todo en el aspecto psicológico. Tanto la enuresis, como la encopresis entran, sin duda, en el amplísimo capítulo de las afecciones psicosomáticas. Ambos síntomas, no obedecen a un sólo mecanismo. La alteración común de las dos enfermedades, es la falta de control en la micción, en el caso de la enuresis, y de la defecación, en el caso de la encopresis, lo que no indica que su etiopatogenia sea siempre la misma, en cada caso. Para obtener un buen pronóstico, es necesaria la colaboración incondicional de los padres, su paciencia y su comprensión, para que el niño no vea más problemas del que hay, tome conciencia de él, sea correctamente informado y se sienta apoyado por las personas que le rodean y, que al fin y al cabo, es lo más importante para él. Son síntomas que van acompañadas de otras afecciones lo que hace que en muchas ocasiones se vea impedido u obscurecido, su diagnóstico. Su etiología y tratamiento, bien pueden describirse como un área clásica de conflicto entre las aproximaciones psicodinámicas y conductistas. Cada tendencia lo explica desde su punto de vista, bien como un conflicto en la personalidad del niño, con un problema subyacente o bien, como un transtorno conductual del comportamiento que hay que modificar. Cada uno propone un tratamiento y unos métodos diferentes, si bien es verdad que hasta la fecha, en referencia a los parámetros tiempo y eficacia, el tratamiento conductista, va obteniendo más éxitos palpables. Lo que sí está claro, es la casi total ineficacia de la terapéutica con medicamentos o simplemente física. Las drogas y los fármacos, en algunos casos, pueden ayudar para controlar algunos otros aspectos que conlleve la enfermedad, pero nunca se debe utilizar con una medida terapéutica exclusiva. La actitud de los padres hacia el niño y hacia su problema, en algunas ocasiones, no es la correcta, bien por falta de información, por una sobreprotección o simplemente por despreocupación, repercutiendo, en gran medida, en el éxito o fracaso, del tratamiento. Una buena educación del control de los esfínteres, acompañada de un buen clima familiar y afectivo, serían el mejor planteamiento para la solución del problema, teniendo en cuenta, claro está, la eliminación de todo trastorno, o lesión orgánica, premisa necesaria para hablar de enuresis y de encopresis.spa
dc.format.extent154 p.spa
dc.format.mediumLibrospa
dc.language.isospaspa
dc.rightsCuando no se especifique otra condición, los documentos incorporados a Redined a texto completo, se hallan bajo las condiciones de uso de sólo lectura y únicamente podrán ser citados con reconocimiento del autor(es). Para cualquier otro uso, deberá solicitarse el permiso del autor (es)spa
dc.subjecteducación especialspa
dc.subjectfamiliaspa
dc.subjectniñospa
dc.subjectenuresisspa
dc.subjectcontrol socialspa
dc.titlePsicopatología del control esfinteriano : enuresis y encopresisspa
dc.typeTesinaspa
dc.audienceProfesoradospa
dc.bbddInvestigacionesspa
dc.date.provenance1990-05-01T10:10:10spa
dc.description.paisESPspa
dc.educationLevelEducación Superiorspa
dc.identifier.signaturaCL. Ps. 785spa


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