Educar los sentimientos y emociones de los hijos
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Fecha:
2006Publicado en:
Padres y maestros. 2006, n. 300, mayo ; páginas centralesResumen:
Se plantea la educación de los sentimientos y emociones de los hijos en torno a dos acciones educativas. En una primera acción educativa, se trata de enseñar a comprender los sentimientos: se recomienda a los padres realizar sencillos juegos sobre situaciones usuales de la vida para que los hijos identifiquen y distingan el tipo de emoción o sentimiento; se analiza al analfabeto emocional en aquellos que están capacitados y los que no saben leer los sentimientos ajenos y expresar los propios. Además, se incide en identificar los sentimientos o emociones y cuáles son los en los sentimientos adecuados y los inadecuados. Igualmente, se pide reflexionar sobre ciertos sentimientos como el miedo, la vergüenza y la culpa. También se trata la diferencia entre el deseo y el capricho; así como el orgullo, la amistad, el enamoramiento, el amor, y la soledad. La segunda acción educativa, se encamina a ayudar a controlar las emociones negativas, avisando de la necesidad, en este caso, de la terapia familiar cuando son consejos e intervenciones sencillas; y de la ayuda de los especialistas cuando la situación se alarga o empeora. Se trata de controlar la ira, el miedo y la depresión. Se vale de los comentarios y escritos de Manuel Segura, y de Erich Fromm.
Se plantea la educación de los sentimientos y emociones de los hijos en torno a dos acciones educativas. En una primera acción educativa, se trata de enseñar a comprender los sentimientos: se recomienda a los padres realizar sencillos juegos sobre situaciones usuales de la vida para que los hijos identifiquen y distingan el tipo de emoción o sentimiento; se analiza al analfabeto emocional en aquellos que están capacitados y los que no saben leer los sentimientos ajenos y expresar los propios. Además, se incide en identificar los sentimientos o emociones y cuáles son los en los sentimientos adecuados y los inadecuados. Igualmente, se pide reflexionar sobre ciertos sentimientos como el miedo, la vergüenza y la culpa. También se trata la diferencia entre el deseo y el capricho; así como el orgullo, la amistad, el enamoramiento, el amor, y la soledad. La segunda acción educativa, se encamina a ayudar a controlar las emociones negativas, avisando de la necesidad, en este caso, de la terapia familiar cuando son consejos e intervenciones sencillas; y de la ayuda de los especialistas cuando la situación se alarga o empeora. Se trata de controlar la ira, el miedo y la depresión. Se vale de los comentarios y escritos de Manuel Segura, y de Erich Fromm.
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