Las Memorias del Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de la República Argentina, Nicolás Avellaneda, entre los años 1869 y 1873
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1992Publicado en:
Historia de la educación : revista interuniversitaria. 1992, n. 11, p. 105-124Resumen:
Se analizan las memorias del Ministro Nicolás Avellaneda ya que es una documentación de primera mano acerca de la creación y consolidación del sistema educativo argentino. Las memorias del ministro Avellaneda constituyen una fuente insustituible en la que es posible verificar el impulso y las dificultades de la política regeneracionista en su intento por dotar al país de un sistema educativo capaz de impulsar el progreso. El sistema educativo argentino fue diseñado por el furor educacionista, que esperaba dotar a la República del estatuto de modernidad. Sin embargo, en esa búsqueda de un progreso que no acaba de cristalizar en República, la educación, en la Argentina, operará sus efectos más allá de los márgenes del discurso sarmientino que la institucionaliza. En la Memoria de 1869 Nicolás Avellaneda define los elementos que configuran el modelo de educación pública que propone. En la de 1870, rinde cuentas de las realizaciones y de las dificultades, que no a la enunciación de los fundamentos que caracterizó a la Memoria anterior. Por último, en la memoria de 1781 el ministro reflexiona acerca del estado de la educación.
Se analizan las memorias del Ministro Nicolás Avellaneda ya que es una documentación de primera mano acerca de la creación y consolidación del sistema educativo argentino. Las memorias del ministro Avellaneda constituyen una fuente insustituible en la que es posible verificar el impulso y las dificultades de la política regeneracionista en su intento por dotar al país de un sistema educativo capaz de impulsar el progreso. El sistema educativo argentino fue diseñado por el furor educacionista, que esperaba dotar a la República del estatuto de modernidad. Sin embargo, en esa búsqueda de un progreso que no acaba de cristalizar en República, la educación, en la Argentina, operará sus efectos más allá de los márgenes del discurso sarmientino que la institucionaliza. En la Memoria de 1869 Nicolás Avellaneda define los elementos que configuran el modelo de educación pública que propone. En la de 1870, rinde cuentas de las realizaciones y de las dificultades, que no a la enunciación de los fundamentos que caracterizó a la Memoria anterior. Por último, en la memoria de 1781 el ministro reflexiona acerca del estado de la educación.
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