Discurso del Ministro de Educación
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1980Publicado en:
Revista de información de la Comisión Nacional Española de Cooperación con la UNESCO. 1980, n. 24 ; p. 24-30Resumen:
Se transcribe el discurso pronunciado por el Ministro de Educación español, D. Antonio Ortega y Díaz-Ambrona, en el marco de la vigésimo primera Conferencia General de la Unesco. En su conferencia hizo referencia a la figura del Director General de la Unesco, Sr. M'Bow, y a su esfuerzo por favorecer el desarrollo de los derechos humanos en los países más desfavorecidos. Igualmente, analizó la situación que se vivía en el momento de profunda crisis económica, en la que destacaba la miseria y la falta de recursos naturales o incorrecta utilización de éstos. De nuevo, propone medidas a tomar por parte de la Unesco en compañía de los gobiernos para asegurar la paz mundial, la solidaridad de los países ricos con los pobres y los problemas de la comunicación motivados por la falta de cooperación internacional. Además, señala la necesidad de desarrollar nuevos programas en el marco de la educación que enfaticen los valores éticos, que resalten el papel de la familia y que relacionen la educación con el empleo. La democratización de la educación, el acceso a la educación de las clases y países más desfavorecidos y la igualdad de oportunidades, fue otro de los temas que trató en su discurso. Instó a los gobiernos a que desarrollaran programas de fomento del empleo para jóvenes, programas de desarrollo de las ciencias sociales y humanas y la transparencia en los presupuestos de las organizaciones culturales y gubernamentales.
Se transcribe el discurso pronunciado por el Ministro de Educación español, D. Antonio Ortega y Díaz-Ambrona, en el marco de la vigésimo primera Conferencia General de la Unesco. En su conferencia hizo referencia a la figura del Director General de la Unesco, Sr. M'Bow, y a su esfuerzo por favorecer el desarrollo de los derechos humanos en los países más desfavorecidos. Igualmente, analizó la situación que se vivía en el momento de profunda crisis económica, en la que destacaba la miseria y la falta de recursos naturales o incorrecta utilización de éstos. De nuevo, propone medidas a tomar por parte de la Unesco en compañía de los gobiernos para asegurar la paz mundial, la solidaridad de los países ricos con los pobres y los problemas de la comunicación motivados por la falta de cooperación internacional. Además, señala la necesidad de desarrollar nuevos programas en el marco de la educación que enfaticen los valores éticos, que resalten el papel de la familia y que relacionen la educación con el empleo. La democratización de la educación, el acceso a la educación de las clases y países más desfavorecidos y la igualdad de oportunidades, fue otro de los temas que trató en su discurso. Instó a los gobiernos a que desarrollaran programas de fomento del empleo para jóvenes, programas de desarrollo de las ciencias sociales y humanas y la transparencia en los presupuestos de las organizaciones culturales y gubernamentales.
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