La formación del ingeniero
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Fecha:
1959Publicado en:
Enseñanza media. 1959, n. 40-41 ; p. 598-606Resumen:
En esta conferencia, el profesor Lucia esboza el perfil ideal de la educación del futuro ingeniero. Parte de la premisa de que ha de existir una predisposición genética hereditaria para aprender y que, por ende, no se puede obtener un buen ingeniero de cualquier genotipo. Hace un repaso por el sistema educativo de la época, enfatizando la importancia de la enseñanza primaria básica y obligatoria. Destaca las tres facetas sobre las que hay que trabajar en la figura del ingeniero y propone un sistema educativo 'ideal' para su formación, transformando los ciclos formativos desde el Bachillerato y en la enseñanza superior: 1. La formación técnica: inexorablemente ligada a los conocimientos científicos y que ha de conseguirse con cierto grado de especialización tendiendo a huir del enciclopedismo, enseñando al alumno a estudiar y subrayando la importancia del dominio de varios idiomas, debido a la gran cantidad de literatura técnica. 2. La formación económico-social: desarrollando las aptitudes sociales y comunicativas del futuro ingeniero para con sus subordinados y adquiriendo conocimientos económicos que le ayuden en la toma de decisiones empresariales. 3. Formación personal: haciendo referencia a la importancia de la humanización y formación de la personalidad del individuo, factores clave del Humanismo. Concluye sugiriendo que la educación no ha de ser absorbente para el futuro ingeniero; debe despertar intereses y avivar inquietudes personales y fomentar las capacidades comunicativas y los contactos personales entre profesores y alumnos y entre los propios alumnos.
En esta conferencia, el profesor Lucia esboza el perfil ideal de la educación del futuro ingeniero. Parte de la premisa de que ha de existir una predisposición genética hereditaria para aprender y que, por ende, no se puede obtener un buen ingeniero de cualquier genotipo. Hace un repaso por el sistema educativo de la época, enfatizando la importancia de la enseñanza primaria básica y obligatoria. Destaca las tres facetas sobre las que hay que trabajar en la figura del ingeniero y propone un sistema educativo 'ideal' para su formación, transformando los ciclos formativos desde el Bachillerato y en la enseñanza superior: 1. La formación técnica: inexorablemente ligada a los conocimientos científicos y que ha de conseguirse con cierto grado de especialización tendiendo a huir del enciclopedismo, enseñando al alumno a estudiar y subrayando la importancia del dominio de varios idiomas, debido a la gran cantidad de literatura técnica. 2. La formación económico-social: desarrollando las aptitudes sociales y comunicativas del futuro ingeniero para con sus subordinados y adquiriendo conocimientos económicos que le ayuden en la toma de decisiones empresariales. 3. Formación personal: haciendo referencia a la importancia de la humanización y formación de la personalidad del individuo, factores clave del Humanismo. Concluye sugiriendo que la educación no ha de ser absorbente para el futuro ingeniero; debe despertar intereses y avivar inquietudes personales y fomentar las capacidades comunicativas y los contactos personales entre profesores y alumnos y entre los propios alumnos.
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