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dc.contributor.authorGuerrero Salom, Enriquespa
dc.date.issued1976spa
dc.identifier.issn0034-8082spa
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/11162/71540
dc.description.abstractDesde 1876 hasta sesenta años después se observa la vigencia de algunos de sus presupuestos educativos, tanto los referentes a la estructura del sistema de enseñanza como los pedagógicos. Es de lamentar que la denuncia que de la realidad educativa española formularon respectivamente, tenga todavía validez en nuestros días en lo que se refiere a los aspectos cualitativos, autonomía universitaria, profesorado suficiente y preparado, enseñanza individualizada, etcétera, y aún a algunos cuantitativos. Podrá objetarse que las peticiones de una enseñanza básica prolongada y única, la concepción del proceso educativo como un desarrollo coherentes en el que los niveles inferiores preparen, y no sólo precedan a los superiores, la necesidad de educar al niño desde los primeros años de su infancia, son propuestas muy anteriores todas a fin de siglo. Demasiados años después el Libro Blanco señalará que el contexto del sistema actual no difiere mucho del que se estableció a lo largo del siglo XIX y primeros lustros del XX, cuando las características, tendencias y necesidades de la sociedad eran muy distintas de las actuales. A esta estructura tradicional se le han ido añadiendo algunas modalidades nuevas, como apéndices superpuestos, pero sin la integración orgánica que reclama el carácter global y unitario que debe tener el sistema educativo. Tanto por lo que se refiere a la capacidad de crear centros escolares necesarios para una escolarización suficiente, que sólo en 1902 se hizo obligatoria hasta los doce años, como para crear un profesorado preparado y dedicado de lleno a la enseñanza, el sistema educativo se mostraba ineficaz. Lógico si la administración educativa no se concretizó en un Ministerio de Instrucción Pública hasta 1900 y cuando recibió partidas irrisorias en los presupuestos generales del estado y comparando la educación con la de otros países, en España prácticamente estaba abandonada. La institución desde su nacimiento, no era ni podía ser una alternativa a las deficiencias del sistema educativo. Los hombres que se agruparon a su alrededor, sin embargo, la concibieron como un centro de influencia y propaganda de las reformas paulatinas que fueron realizando. Esta influencia fue posible desde el momento en que sus hombres entraron en contacto con la administración educativa, encontrando el apoyo necesario. Así, surgió el Museo pedagógico, La Escuela Superior de Magisterio, la Junta para la Ampliación de Estudios y la creación del propio Ministerio de Instrucción. Es cierto, que los institucionistas no concebían al estado como dispensador y gerente final de la instrucción. Les interesaba la clase obrera, el problema social entendido como un problema global y era en gran medida, según los institucionistas, una cuestión cultural. Se trataba de educar a la sociedad entera para que esta se estructurase armónicamente de forma que cada uno de los elementos de la organización social se desarrollase de acuerdo con su naturaleza. Pero ¿A quien le interesaba que la clase obrera fuera instruida e integrada en la sociedad? No a la oligarquía sobre la que se asienta la Restauración y si a la burguesía, apartada del poder político, por la oligarquía dominante. Si atraía a la clase obrera podría alcanzar o compartir el poder político. Si las propuestas reformadoras se hubiesen llevado a la práctica nos hubiéramos encontrado frente a una concepción liberal-meritocrática de la sociedad y del propio papel de la educación. Concedidas las mismas oportunidades a todos los individuos, el sistema educativo tiende a reflejar y consolidar las diferencias producidas en el seno de la sociedad. Es por ello, que la reforma educativa no puede ser sustituida por la reforma de la sociedad. Eran dos alternativas distintas las que afrontaba la transformación de esta última.spa
dc.format.mediumRevistaspa
dc.format.mediumDigitalspa
dc.language.isospaspa
dc.relation.ispartofRevista de educación. 1976, n. 243 ; p. 64-81spa
dc.rightsCuando no se especifique otra condición, los documentos incorporados a Redined a texto completo, se hallan bajo las condiciones de uso de sólo lectura y únicamente podrán ser citados con reconocimiento del autor(es). Para cualquier otro uso, deberá solicitarse el permiso del autor (es)spa
dc.subjecthistoria de la educaciónspa
dc.subjectEspañaspa
dc.subjectprofesorspa
dc.subjectcualificación profesionalspa
dc.subjectanalfabetismospa
dc.subjectclase obreraspa
dc.subjectreformaspa
dc.subjectsociedadspa
dc.subject.otherInstitución Libre de Enseñanzaspa
dc.titleLa Institución, el sistema educativo y la educación de las clases obreras a finales de siglospa
dc.typeArtículo de revistaspa
dc.audienceUsuarios en generalspa
dc.bbddAnalíticasspa
dc.date.provenance2007-08-21T09:50:00spa
dc.description.locationBiblioteca de Educación del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; Calle San Agustín, 5 - 3 Planta; 28014 Madrid; Tel. +34917748000; biblioteca@mecd.esspa
dc.description.paisESPspa
dc.educationLevelÁmbito generalspa
dc.identifier.dlM-57-1958spa
dc.identifier.signaturaEC R-638spa
dc.title.journalRevista de educaciónspa


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