El poder de los expertos : ciencia y educación de masas como fundamentos de una ideología
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Fecha:
1988Publicado en:
Revista de educación. 1988, n. 285 ; p. 151-189Resumen:
En vista de las tendencias postindustriales que están apareciendo en todas las economías avanzadas, debemos preguntarnos mejor si la posesión de un conocimiento científico y técnico puede conferir poder político a quienes poseen tal conocimiento. Al plantear esta cuestión se está aceptando la idea de que la función del experto, es debido a las grandes transformaciones producidas en la estructura de la sociedad, acaso esté sustituyendo a determinadas configuraciones de poder antes dominantes: en las sociedades capitalistas, el poder inherente a la posesión del capital y, en el socialismo dirigido por el Estado, el poder inseparable de una postura de partido o de la pureza doctrinal. La autonomía de que gozan los expertos en las sociedades capitalistas avanzadas lleva a muchos autores a considerarlos como una posible clase social. Son tan indispensables y necesarios que los empresarios capitalistas no pueden permitirse el enemistarse con ellos durante mucho tiempo. Así, la preeminencia de la función del experto reduce por duplicado la probabilidad de que se produzca un conflicto social en su forma industrial clásica, basada en la producción. La aparición de esta nueva clase anuncia da decadencia política de la vieja clase.
En vista de las tendencias postindustriales que están apareciendo en todas las economías avanzadas, debemos preguntarnos mejor si la posesión de un conocimiento científico y técnico puede conferir poder político a quienes poseen tal conocimiento. Al plantear esta cuestión se está aceptando la idea de que la función del experto, es debido a las grandes transformaciones producidas en la estructura de la sociedad, acaso esté sustituyendo a determinadas configuraciones de poder antes dominantes: en las sociedades capitalistas, el poder inherente a la posesión del capital y, en el socialismo dirigido por el Estado, el poder inseparable de una postura de partido o de la pureza doctrinal. La autonomía de que gozan los expertos en las sociedades capitalistas avanzadas lleva a muchos autores a considerarlos como una posible clase social. Son tan indispensables y necesarios que los empresarios capitalistas no pueden permitirse el enemistarse con ellos durante mucho tiempo. Así, la preeminencia de la función del experto reduce por duplicado la probabilidad de que se produzca un conflicto social en su forma industrial clásica, basada en la producción. La aparición de esta nueva clase anuncia da decadencia política de la vieja clase.
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