¿Qué hacen los profesores cuando los alumnos se equivocan? : un análisis de la interacción verbal en el aula de apoyo
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2005Publicado en:
Infancia y aprendizaje. 2005, v. 28, n. 2 ; p. 141-157Resumen:
Investigación en la que se analizan los intercambios verbales registrados a lo largo de doce sesiones de apoyo a dos grupos de alumnos con necesidades educativas especiales. Los resultados muestran una estructura de participación particularmente didáctica y vinculada entre maestra y alumno. Más de una tercera parte de las interacciones configuraban secuencias encadenadas de iniciación, respuesta, ayuda y respuesta, dirigidas a que un mismo alumno verbalizara y posteriormente reelaborará su representación interna de la tarea, hasta definir un significado suficientemente compartido con la profesora. Las ayudas se centraron principalmente en corregir las respuestas erróneas o dar instrucciones, aunque también se detectaron un elevado número de acciones que otorgaban una mayor participación al alumno, encaminadas a evaluar, evocar, precisar, sintetizar o justificar ideas, etc. Cuando se trataba de una respuesta incompleta, las maestras reaccionaron principalmente demandando más precisión a través de preguntas. Cuando los alumnos no respondían, la ayuda más frecuente se centró en recuperar conocimientos previos relevantes. Las maestras con más experiencia registraron casi el doble de interacciones, provocaron menos aportaciones erróneas y ofrecieron ayudas más eficaces para conseguir que los propios estudiantes las reelaboraran.
Investigación en la que se analizan los intercambios verbales registrados a lo largo de doce sesiones de apoyo a dos grupos de alumnos con necesidades educativas especiales. Los resultados muestran una estructura de participación particularmente didáctica y vinculada entre maestra y alumno. Más de una tercera parte de las interacciones configuraban secuencias encadenadas de iniciación, respuesta, ayuda y respuesta, dirigidas a que un mismo alumno verbalizara y posteriormente reelaborará su representación interna de la tarea, hasta definir un significado suficientemente compartido con la profesora. Las ayudas se centraron principalmente en corregir las respuestas erróneas o dar instrucciones, aunque también se detectaron un elevado número de acciones que otorgaban una mayor participación al alumno, encaminadas a evaluar, evocar, precisar, sintetizar o justificar ideas, etc. Cuando se trataba de una respuesta incompleta, las maestras reaccionaron principalmente demandando más precisión a través de preguntas. Cuando los alumnos no respondían, la ayuda más frecuente se centró en recuperar conocimientos previos relevantes. Las maestras con más experiencia registraron casi el doble de interacciones, provocaron menos aportaciones erróneas y ofrecieron ayudas más eficaces para conseguir que los propios estudiantes las reelaboraran.
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