La cultura emocional en las personas adultas
Nivel Educativo:
Tipo Documental:
Artículo de revistaEstadísticas:
Ver Estadísticas de usoMetadatos:
Mostrar el registro completo del ítemAutor:
Fecha:
2005Publicado en:
Notas : educación de personas adultas. 2005, n. 20, marzo ; p. 10-16Resumen:
En la Unión Europea se distingue entre educación y formación de personas adultas. Educación se emplea para planes de formación básica o de actualización cultural, tomando como patrón el sistema de enseñanza. Formación se refiere a cuestiones de preparación o reciclaje profesional. Así, algunos profesionales defienden que el sentimiento es un estado emocional ecuánime, sin variaciones bruscas, estable y de baja intensidad, que no interfiere en la actividad racional. A diferencia de la emoción, que es convulsa, sobrecogedora, absorbente de la atención, desestabilizadora de la actividad atencional y discursiva. Así, la educación de los adultos se concibe más como planificación cognitiva que como planificación emotiva. Algunos autores se preguntan si es posible educar la sensibilidad; mientras que otros afirman que existen emociones que son propias de comunidades culturales. Así, la pedagogía experimental consiste en planificar acciones y crear o modificar situaciones para contagiar, alimentar, tallar y acrecentar pautas de sensibilidad en las personas adultas. La Asociación Española para la Práctica y el Asesoramiento Filosóficos (ASEPRAF) postula que detrás de muchas dificultades vitales como la emotividad desbordada, existe un mecanismo de hábitos irracionales de pensamiento y un diálogo interno plagado de juicios valorativos.
En la Unión Europea se distingue entre educación y formación de personas adultas. Educación se emplea para planes de formación básica o de actualización cultural, tomando como patrón el sistema de enseñanza. Formación se refiere a cuestiones de preparación o reciclaje profesional. Así, algunos profesionales defienden que el sentimiento es un estado emocional ecuánime, sin variaciones bruscas, estable y de baja intensidad, que no interfiere en la actividad racional. A diferencia de la emoción, que es convulsa, sobrecogedora, absorbente de la atención, desestabilizadora de la actividad atencional y discursiva. Así, la educación de los adultos se concibe más como planificación cognitiva que como planificación emotiva. Algunos autores se preguntan si es posible educar la sensibilidad; mientras que otros afirman que existen emociones que son propias de comunidades culturales. Así, la pedagogía experimental consiste en planificar acciones y crear o modificar situaciones para contagiar, alimentar, tallar y acrecentar pautas de sensibilidad en las personas adultas. La Asociación Española para la Práctica y el Asesoramiento Filosóficos (ASEPRAF) postula que detrás de muchas dificultades vitales como la emotividad desbordada, existe un mecanismo de hábitos irracionales de pensamiento y un diálogo interno plagado de juicios valorativos.
Leer menos