Hermenéutica de la educación y nuevas fronteras entre las diferencias
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2014Publicado en:
Educatio siglo XXI : revista de la Facultad de Educación. 2014, v. 32, n. 3 ; p. 159-180Resumen:
Se pretende trazar las líneas de la epistemología del pensamiento narrativo, una vez aclarado que el pensamiento científico se sirve de representaciones unidas por las narraciones. Estudiar las representaciones de la técnica y de la ciencia pueden ayudar a comprender la estructura de los razonamientos y procedimientos que llevan a grandes descubrimientos y que abren el futuro a riesgos inquietantes, sobre todo cuando parece minar el equilibrio que rige las relaciones dinámicas de la vida sobre el planeta. La experiencia humana y las prácticas relacionadas con la formación, revisten un carácter esencialmente interpretativo que incita tanto en la investigación pedagógica como en la práctica educativa a un esfuerzo de comprensión, antes que a la explicación de los fenómenos. Se parte de una hermenéutica deconstructiva que vence tanto el determinismo de las reconstrucciones a posteriori, como el nihilismo de la secularización. Se piensa en una narración que interpreta al otro como parte de sí mismo, semilla fecunda de una relacionalidad que representa el principio ontológico de la hermenéutica educativa. El proceso constructivo de los pensamientos, sentimientos, acciones, símbolos, estética, juicios morales, junto con otros involucran y transforman en la aventura del conocimiento. El concepto de diferencia se asume como fundamentación educativa. Sin embargo, sin diferencia no puede existir la relación y, en consecuencia, tampoco la educación.
Se pretende trazar las líneas de la epistemología del pensamiento narrativo, una vez aclarado que el pensamiento científico se sirve de representaciones unidas por las narraciones. Estudiar las representaciones de la técnica y de la ciencia pueden ayudar a comprender la estructura de los razonamientos y procedimientos que llevan a grandes descubrimientos y que abren el futuro a riesgos inquietantes, sobre todo cuando parece minar el equilibrio que rige las relaciones dinámicas de la vida sobre el planeta. La experiencia humana y las prácticas relacionadas con la formación, revisten un carácter esencialmente interpretativo que incita tanto en la investigación pedagógica como en la práctica educativa a un esfuerzo de comprensión, antes que a la explicación de los fenómenos. Se parte de una hermenéutica deconstructiva que vence tanto el determinismo de las reconstrucciones a posteriori, como el nihilismo de la secularización. Se piensa en una narración que interpreta al otro como parte de sí mismo, semilla fecunda de una relacionalidad que representa el principio ontológico de la hermenéutica educativa. El proceso constructivo de los pensamientos, sentimientos, acciones, símbolos, estética, juicios morales, junto con otros involucran y transforman en la aventura del conocimiento. El concepto de diferencia se asume como fundamentación educativa. Sin embargo, sin diferencia no puede existir la relación y, en consecuencia, tampoco la educación.
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