¿Es posible una educación para la interculturalidad en y desde la infancia?
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Fecha:
1999Publicado en:
Pedagogía social : revista interuniversitaria. 1999, n. 3, 2ª época ; p. 73-93Resumen:
Toda cultura vive hoy como un subconjunto de la ¿aldea global¿. Para nosotros los estímulos de esta nueva situación son: la deseable Europa de los ciudadanos y la progresiva llegada a la próspera Europa de otras gentes. El logro de esa educación para la interculturalidad es posible. Requiere nuevos aprendizajes. Hasta ahora la culturización dominante estuvo marcada por lo inmediato: mis productos, mis semejantes, mis ideas-creencias. Todo lo otro era enemigo, ajeno, indiferente. La substancia aristotélica era lo individual. El pensamiento durante siglos Aristóteles, Descartes, Kant¿ se ha señalado como una virtualidad del individuo: pienso, luego existo. En los últimos siglos y hasta hoy el nacionalismo, individualismo cultural, ha sido el estandarte de la convivencia entre los humanos. La interculturalidad requiere apertura. Desde el horizonte de la gramaticalidad del espíritu humano es aprendible. Máximamente desde la infancia. Se requieren proyectos pedagógicos en las familias, en las escuelas, en los MCS, en las ciudades, entre los iguales, en los ámbitos laborales, con otros objetivos y actividades. Aquellos que provoquen experiencias de respeto y aceptación de otras formas de vivir. La interculturalidad exige luchar para que haya justicia, igualdad y libertad entre las culturas.
Toda cultura vive hoy como un subconjunto de la ¿aldea global¿. Para nosotros los estímulos de esta nueva situación son: la deseable Europa de los ciudadanos y la progresiva llegada a la próspera Europa de otras gentes. El logro de esa educación para la interculturalidad es posible. Requiere nuevos aprendizajes. Hasta ahora la culturización dominante estuvo marcada por lo inmediato: mis productos, mis semejantes, mis ideas-creencias. Todo lo otro era enemigo, ajeno, indiferente. La substancia aristotélica era lo individual. El pensamiento durante siglos Aristóteles, Descartes, Kant¿ se ha señalado como una virtualidad del individuo: pienso, luego existo. En los últimos siglos y hasta hoy el nacionalismo, individualismo cultural, ha sido el estandarte de la convivencia entre los humanos. La interculturalidad requiere apertura. Desde el horizonte de la gramaticalidad del espíritu humano es aprendible. Máximamente desde la infancia. Se requieren proyectos pedagógicos en las familias, en las escuelas, en los MCS, en las ciudades, entre los iguales, en los ámbitos laborales, con otros objetivos y actividades. Aquellos que provoquen experiencias de respeto y aceptación de otras formas de vivir. La interculturalidad exige luchar para que haya justicia, igualdad y libertad entre las culturas.
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