@article{11162/71731, year = {1998}, url = {http://hdl.handle.net/11162/71731}, abstract = {La actividad docente ha de comprender que la estructuración del programa a impartir en cada nivel curricular es una cuestión fundamental que depende de cada profesor y que tiene que resolver para realizar adecuadamente su papel. Y dentro de este campo un aspecto esencial es la organización adecuada de los distintos contenidos (ahora se llaman conceptuales, procedimentales y actitudinales) de forma que se ofrezcan de manera progresiva, tanto en el aspecto cuantitativo como en el cualitativo; es decir, tanto a lo que se refiere a la cantidad de información que hay que aprender, como en el grado de comprensión y aplicación de esa información. Por esta razón hay dos aspectos de este problema fundamentales: 1õ La necesidad de estructurar bien los programas correspondientes, seleccionando la materia adecuada para un determinado nivel madurativo de los alumnos; 2õ. La ineludible tarea de organizar los contenidos adecuados, en el orden correcto, de forma que se vaya progresando paulatinamente,tanto en la cantidad, como en la generalización y en la abstracción. También, hay que prestar atención a las limitaciones o condicionantes que la estructura interna de la materia de estudio impone a las consideraciones anteriores.Como todo componente integrante de la programación que el profesor hace para ordenar y estructurar su actividad docente, también las secuencias propuestas y sus minisecuencias son hipótesis de trabajo que hay que confirmar, matizar, reestructurar o desechar, es decir, que hay que evaluar críticamente. Se trata de la autoevaluación docente, de todo el trabajo que ha realizado en el aula y que debe ser revisado por él mismo. Esta autoevaluación implica preguntarse : ¿en qué medida ha funcionado la programación del proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Cuáles son las causas de los fallos, de los estancamientos, de los fracasos? ¿Están bien coordinados los objetivos propuestos en relación con las actividades sugeridas para conseguirlos y con los contenidos a desarrollar? ¿Se ha realizado la evaluación con los instrumentos adecuados, que cumplían los requisitos necesarios? Las respuestas a todas las preguntas surgidas obligarán a modificar algún aspecto de las secuencias o minisecuencias, en unos casos enriqueciéndolas, en otras depurándolas y en el peor de los casos desechando alguna y sustituyéndola o las por otras más adecuadas. Y este proceso una vez revisado deberá volverse a repetir con los nuevos materiales, para conseguir acomodarlos a sus fines.}, booktitle = {Revista de educación. 1998, n. 315 ; p. 293-315}, keywords = {programa de estudios}, keywords = {desarrollo de programas de estudios}, keywords = {aprendizaje secuencial}, title = {La secuenciación de los contenidos curriculares : principios fundamentales y normas generales}, author = {Gallegos, José A.}, }