@article{11162/34713, year = {2005}, url = {http://hdl.handle.net/11162/34713}, abstract = {Los diferentes modelos de orientación educativa en los centros de adultos contemplan la atención a las demandas del profesorado y del alumnado. Se establecen cuatro niveles de intervención en las demandas: individuo, grupos de trabajo, organización formal, y transformación social, asumiendo las respectivas historias personales y colectivas. Las líneas de actuación que fija el orientador promueven la revisión conjunta de los procesos de enseñanza y aprendizaje, propiciando situaciones de análisis conjunto, y señalando estrategias de evaluación externa e interna. Los canales de comunicación se concretan en la hoja de demanda, el buzón de sugerencias, el buzón del orientador, la disponibilidad horaria y la observación. Las tareas que asume el orientador son ofrecer itinerarios, refuerzos, buscar recursos manteniendo contactos con agentes sociales o atender específicamente a las familias de los más jóvenes. Las demandas más comunes por parte del profesorado son dificultades de aprendizaje; retraso curricular; absentismo; orientación para abordar problemas de convivencia en el aula o habilidades sociales. Las demandas más habituales del alumnado son itinerarios formativos, dificultades de aprendizaje; problemas de relación con el grupo; participación en el centro u orientación para la búsqueda de empleo.}, booktitle = {Notas : educación de personas adultas. 2005, n. 22, diciembre ; p. 47-50}, keywords = {educación de adultos}, keywords = {centro de educación de adultos}, keywords = {orientación profesional}, keywords = {orientación pedagógica}, title = {La práctica orientadora en un centro de EPA}, author = {Martínez Martínez, Miguel Ángel}, }